China es un país que ha tenido una larga historia y en lo que va del siglo xxi se ha revelado claramente como una potencia económica a nivel mundial. Un factor importante que está en la base de este fenómeno es la producción de conocimiento. En la época actual, el conocimiento se ha convertido en un elemento fundamental para innovar y es un rasgo determinante de la competitividad de los países; el posicionamiento de un país a nivel internacional en gran medida está determinado por su potencial científico y tecnológico. Este potencial científico y tecnológico se crea, usa y replica entre diversos agentes que absorben, adaptan y reelaboran dicho conocimiento a partir del uso efectivo de sus recursos y capacidades. Estos agentes hacen uso de la ciencia y la tecnología para crear nuevos productos y procesos, o bien, para contribuir a resolver los problemas económicos y sociales al nivel de un país, de una localidad o de diversas organizaciones y empresas. Dichas capacidades incluyen las formas organizacionales y reglas, es decir, los aspectos institucionales que definen las reglas de colaboración o competencia entre los agentes participantes
En este trabajo exploramos el potencial científico y tecnológico de China, y el de sus universidades, como una de las vías a partir de las cuales pueden explicarse sus capacidades científicas y tecnológicas, que son la base de su sistema productivo. Las capacidades científicas y tecnológicas se analizan desde dos niveles: 1) El primero es el nivel de país (macro); 2) El segundo es el de las universidades (micro). En ambos casos se utilizan indicadores de publicaciones y patentes, así como de la naturaleza y ámbito de especialización de la producción científica y tecnológica. La justificación de este enfoque se fundamenta en el rol creciente que están teniendo las universidades en la dinámica productiva, tecnológica y empresarial a nivel internacional, ya sea por la vinculación que tienen con las empresas o bien, como creadoras de conocimientos científicos y aplicables (patentes), o incluso en la formación de nuevas empresas.
El trabajo se estructura en seis apartados: 1) En el primero, que integra esta introducción, se plantea el problema y se definen los objetivos de investigación; 2) En el segundo se discute el papel que están teniendo las universidades, no sólo como creadoras de capacidades científicas, sino como generadoras de capacidades tecnológicas, mostrando evidencia acerca del nuevo rol que están teniendo las universidades en las actividades productivas en el mundo; 3) En el tercero se contextualiza la dinámica de China a partir de sus capacidades basadas en los indicadores de competitividad internacional, enfatizando el rol de las universidades; 4) En el cuarto apartado se analizan las capacidades científicas de China; 5) En el quinto se analizan las capacidades tecnológicas e inventivas de China; 6) Finalmente, en el sexto apartado presentamos la síntesis y conclusiones del trabajo presentado.