En el primer capítulo se describe el proceso dé industrialización de América Latina en términos de su contribución a los objetivos de crecimiento económico y a la equidad, identificándose las características comunes a los distintos países y las particularidades nacionales que formaran la heterogeneidad regional. Se resumen asimismo los rasgos que caracterizan a la denominada crisis industrial del decenio de 1980.
En el segundo capítulo se aborda lo que parece ser característico del patrón de industrialización y desarrollo de América Latina: su escasa capacidad para absorber e incorporar creadoramente el progreso técnico en consonancia tanto con las carencias como con las potencialidades regionales; se describen, también, los vínculos entre el progreso técnico, el sector industrial y la contribución de la macroeconomía.
Por último se reseñan las transformaciones tecnológicas e internacionales y sus derivaciones para América Latina. Sobre la base de lo expuesto en los dos primeros capítulos, se propone en el tercero un esquema analítico para examinar esta relación —que sirve de hilo conductor a este trabajo— entre el patrón de industrialización y desarrollo y la consecución de los objetivos de crecimiento económico y equidad.
En el capítulo cuarto se contrasta el esquema analítico con la realidad de los tres países industriales avanzados (Estados Unidos, Japón y la República Federal de Alemania) que plasman y determinan en buena medida el patrón de consumo, producción, comunicaciones, transporte y energía imperante en el plano internacional.
En el capítulo quinto, la atención se centra en Europa, distinguiéndose dos subregiones: la formada por los países grandes occidentales, con los cuales América ha tenido importantes relaciones históricas, muchas de las cuales persisten en la actualidad, sobre todo en la parte sur de América Latina; y los pequeños países nórdicos con los cuales se aprecia una relación interesante basada en la disponibilidad de recursos naturales, una industrialización especializada orientada al mercado internacional y un sólido sistema democrático y participativo.
En el capítulo sexto, la atención vuelve a América Latina, esta vez para compararla con otros países de industrialización reciente cuyo desempeño industrial parece más aventajado. Se compara así la situación de los tres países más grandes de América Latina —Argentina, Brasil y México— con la de Corea del Sur, España y Yugoslavia. Para terminar, se hacen algunas reflexiones sobre las enseñanzas que derivan de este estudio comparado para definir con mayor precisión las orientaciones que debieran tener las transformaciones internas requeridas para enfrentar el desafío de América Latina: acercarse al casillero hasta ahora vacío en que el crecimiento económico converge con la equidad.