En pocas líneas Ivan da Costa coloca preguntas que los científicos y la sociedad deben volver a hacerse con urgencia sobre la evolución de la ciencia en América Latina, y diríamos que también de la tecnología, en estos tiempos de pandemia y de la amenaza del control de regímenes autoritarios o francamente fascistas.
En pocas líneas Ivan da Costa coloca preguntas que los científicos y la sociedad deben volver a hacerse con urgencia sobre la evolución de la ciencia, y diríamos también de la tecnología, en América Latina en estos tiempos de pandemia y de la amenaza del control de regímenes autoritarios o francamente fascistas.
En general, los científicos reconocen que la ciencia es el resultado de un debate constante, preguntas e hipótesis bien definidas y un examen cuidadoso de los procesos utilizados, pero pronto agregan que “la ciencia busca la verdad”, sin aclarar qué tipo de verdad es. el que busca la ciencia.
Decir simplemente que "la ciencia busca la verdad" continúa la alegoría moderna de la ciencia como universal, neutral y objetiva, y la creencia de que la ciencia es apolítica. Desde mediados del siglo XX, sin embargo, los estudios históricos, sociales y etnográficos sobre ciencia han acumulado evidencias y han demostrado de manera convincente que el conocimiento científico y tecnológico tiene un valor real en culturas, lugares y épocas específicas (no son universales), funcionan a favor o contra personas y cosas (no son neutrales), y no capturan una realidad objetiva independiente de una concepción previa de la realidad (no son objetivas). En otras palabras, durante la segunda mitad del siglo XX, los predicados de universalidad, neutralidad y objetividad que hasta entonces les habían sido atribuidos sin más matices, fueron eliminados de las verdades de las ciencias. Ya no puede ser así: "¡la ciencia busca la verdad y ya está!"
Seguir diciendo que “la ciencia busca la verdad” sin dar más explicaciones es que las relaciones entre ciencia y política, que siempre han existido, permanezcan invisibles. Sin embargo, ver estas relaciones es crucial para la calidad de la ciencia, especialmente las ciencias brasileñas.
Habiendo revelado sus relaciones con la política, el conocimiento científico no pierde su valor, sino que gana la historicidad de las obras humanas, es decir, comienzan a resultar de actividades para las cuales las preguntas ¿dónde? ¿cuándo? ¿por qué? ¿por quién? ¿para qué? ¿para quién? necesitan ser respondidas con y para colectivos culturales y geográficos compuestos en una república. Y aquí nos acercamos al centro del asunto. Solo podemos tener una mayor garantía de buenas respuestas –si conducen a la producción de conocimiento científico a favor de muchas y no pocas, respuestas, a favor del conocimiento científico, a favor de la vida y en contra de las necropolíticas que toleran o incluso conducen a las ciencias fascistas- si estas preguntas, a pesar de las dificultades que ya podemos prever, son puestas a discusión y decisión de una audiencia que no se limita a los propios científicos.
Sin lugar a dudas, los científicos de Brasil necesitan repeler enfáticamente los coqueteos del gobierno de Bolsonaro con la implementación de un régimen autoritario en nuestro país. Pero es necesario tener humildad y osadía para ir más allá. Es en este punto que se hace evidente que las decisiones sobre hacer ciencia, dónde, cuándo, para qué y para quién no es asunto exclusivo de los científicos. Dotar a los científicos del poder despótico de los únicos poseedores de conocimiento fiable —y a ese punto fue al que llegó la modernidad euro-americana con sus especialistas— es creer que los científicos puedan ser déspotas ilustrados. Para tener legitimidad y, en consecuencia, un sólido apoyo para las actividades científicas en Brasil, incluso para nuestros estudios de posgrado, es necesario que estas preguntas se planteen, discutan y respondan de manera democrática y republicana. Esto es aún más urgente en tiempos de pandemia y escasez de recursos.
En pocas líneas Ivan da Costa coloca preguntas que los científicos y la sociedad deben volver a hacerse con urgencia sobre la evolución de la ciencia en América Latina, y diríamos que también de la tecnología, en estos tiempos de pandemia y de la amenaza del control de regímenes autoritarios o francamente fascistas.
En general, los científicos reconocen que la ciencia es el resultado de un debate constante, preguntas e hipótesis bien definidas y un examen cuidadoso de los procesos utilizados, pero pronto agregan que “la ciencia busca la verdad”, sin aclarar qué tipo de verdad es. el que busca la ciencia.
Decir simplemente que "la ciencia busca la verdad" continúa la alegoría moderna de la ciencia como universal, neutral y objetiva, y la creencia de que la ciencia es apolítica. Desde mediados del siglo XX, sin embargo, los estudios históricos, sociales y etnográficos sobre ciencia han acumulado evidencias y han demostrado de manera convincente que el conocimiento científico y tecnológico tiene un valor real en culturas, lugares y épocas específicas (no son universales), funcionan a favor o contra personas y cosas (no son neutrales), y no capturan una realidad objetiva independiente de una concepción previa de la realidad (no son objetivas). En otras palabras, durante la segunda mitad del siglo XX, los predicados de universalidad, neutralidad y objetividad que hasta entonces les habían sido atribuidos sin más matices, fueron eliminados de las verdades de las ciencias. Ya no puede ser así: "¡la ciencia busca la verdad y ya está!"
Seguir diciendo que “la ciencia busca la verdad” sin dar más explicaciones es que las relaciones entre ciencia y política, que siempre han existido, permanezcan invisibles. Sin embargo, ver estas relaciones es crucial para la calidad de la ciencia, especialmente las ciencias brasileñas.
Habiendo revelado sus relaciones con la política, el conocimiento científico no pierde su valor, sino que gana la historicidad de las obras humanas, es decir, comienzan a resultar de actividades para las cuales las preguntas ¿dónde? ¿cuándo? ¿por qué? ¿por quién? ¿para qué? ¿para quién? necesitan ser respondidas con y para colectivos culturales y geográficos compuestos en una república. Y aquí nos acercamos al centro del asunto. Solo podemos tener una mayor garantía de buenas respuestas –si conducen a la producción de conocimiento científico a favor de muchas y no pocas, respuestas, a favor del conocimiento científico, a favor de la vida y en contra de las necropolíticas que toleran o incluso conducen a las ciencias fascistas- si estas preguntas, a pesar de las dificultades que ya podemos prever, son puestas a discusión y decisión de una audiencia que no se limita a los propios científicos.
Sin lugar a dudas, los científicos de Brasil necesitan repeler enfáticamente los coqueteos del gobierno de Bolsonaro con la implementación de un régimen autoritario en nuestro país. Pero es necesario tener humildad y osadía para ir más allá. Es en este punto que se hace evidente que las decisiones sobre hacer ciencia, dónde, cuándo, para qué y para quién no es asunto exclusivo de los científicos. Dotar a los científicos del poder despótico de los únicos poseedores de conocimiento fiable —y a ese punto fue al que llegó la modernidad euro-americana con sus especialistas— es creer que los científicos puedan ser déspotas ilustrados. Para tener legitimidad y, en consecuencia, un sólido apoyo para las actividades científicas en Brasil, incluso para nuestros estudios de posgrado, es necesario que estas preguntas se planteen, discutan y respondan de manera democrática y republicana. Esto es aún más urgente en tiempos de pandemia y escasez de recursos.
AUTOR: Ignacio Ramonet
Todo está yendo muy rápido. Ninguna pandemia fue nunca tan fulminante y de tal magnitud. Surgido hace apenas cien días en una lejana ciudad desconocida, un virus ha recorrido ya todo el planeta y ha obligado a encerrarse en sus hogares a miles de millones de personas. Algo sólo imaginable en las ficciones post-apocalípticas…
AUTOR: Mauricio Jalife
Nuestra actual legislación de patentes refleja en su texto el efecto de emergencias sanitarias pasadas, al contemplar que por causas propias de enfermedades graves de atención prioritaria es procedente el otorgamiento de licencias de utilidad pública, para facilitar la producción o distribución de medicamentos para la población.
¿Qué es un coronavirus?
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.
,Cual es el objetivo de esta obra? Es demostrar que los aspectos centrales de una transformacion del sistema son una clara definici6n del futuro de nuestro pais, o sea encontrar algo que nos guste, y ademas demostrar que ese estado futuro es viable. Si somos capaces de encontrar una y otra cosa, estamos hablando, para el autor, de un proyecto nacional.
Este texto de Varsavsky conforma ciertamente un corpus de ensayos que el autor nos ha dejado, cuyo leitmotiv es la generación de un nuevo paradigma de pensamiento polí- tico, una alternativa a las ideas polarizadas que primaban en los años setenta (y también ahora), que groseramente podríamos separar en “capitalistas” y “marxistas”. A través de la línea de ensayos conformada principalmente por Ciencia, política y cientificismo (1969), Proyectos nacionales (1971), Hacia una política científica nacional (1972) y finalmente Estilos tecnológicos (1974), Varsavsky funda una forma de pensar distinta, original, con su propio léxico (para la construcción de su teoría define varios términos), sus propios argumentos y sus propias ideas para una praxis constructiva. Se trata de una prédica con el ejemplo, pues la concepción latinoamericanista y tercermundista del autor tiene por base la necesidad de la creatividad para despegarse de las concepciones foráneas. Podemos afir- mar que lo que diferencia a Varsavsky de otros pensadores con su perfil es que con construcciones de pensamiento originales y sencillas se sale del guión del mero análisis teórico para terminar desembocando en ideas útiles para una praxis de liberación, una tercera vía alternativa, democrá- tica y fundamentalmente propia en sentido nacional.
Las últimas décadas han sido testigos de la ruptura del cuasimonopolio hasta ahora en el sector industrial y tecnológico. desarrollo realizado por países altamente industrializados. Cambios hechos por el hombre en la ventaja comparativa debido a la rápida acumulación de capital humano, desarrollo de instituciones técnicas y políticas públicas en apoyo de la empresa. El desarrollo y la innovación han llevado a la aparición de capacidades técnicas avanzadas en varios países semiindustrializados. El estudio de instancias seleccionadas de sus logros tecnológicos muestra que no pueden ser interpretado adecuadamente como que necesariamente requiere el funcionamiento de un sistema nacional de innovación bien integrado. Ellos parece ser, en cambio, un camino o proceso, dependiente y determinado por la convergencia circunstancial de habilidades requeridas, instituciones apropiadas y políticas públicas de apoyo